La agricultura digital nos pisa los talones

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Por Karina Khachatryan para The Startup
Traducido por L. Domenech 27 de agosto de 2019 · 3 min de lectura Para 2050, se espera que la población mundial crezca hasta los 10 mil millones, y el impacto del cambio climático será más visible y tangible. Las granjas ya han comenzado a prepararse para las duras condiciones del futuro. Los drones, la robótica, la inteligencia artificial y los macrodatos ayudan a los agricultores a aumentar el volumen y la calidad de los cultivos con un daño ambiental mínimo. La informatización está ganando popularidad en la agricultura: los sistemas digitales permiten seleccionar la cantidad adecuada de agua y fertilizante para cada planta para aumentar el rendimiento. Como ejemplo pongamos el de la bodega Californiana Gallo que, junto con IBM desarrolló un nuevo sistema de riego inteligente. El sistema tiene en cuenta los datos de los sensores de los viñedos, así como las imágenes de satélite y las previsiones meteorológicas. Con base en esta información, se selecciona un programa de riego. Los resultados no tardaron en llegar: el riego inteligente redujo el consumo de agua en un 16% y aumentó el rendimiento de la uva en un tercio.

E&J Gallo and IBM Research from Gary Pankow on Vimeo.

Los sensores se instalan no solo en plantas, sino también en animales. Como en el caso de Well Cow, una startup con sede en el Reino Unido, que coloca sensores en el estómago de la vaca y monitorea la calidad del alimento que este toma, así como el desempeño de su sistema digestivo. Con estos datos, los agricultores pueden ajustar la dieta del animal y reducir las emisiones de metano, que se consideran un problema ambiental importante causado por la cría de ganado. Sin duda, la innovación tiene un efecto positivo en la agricultura de las regiones pobres. La tecnología abre nuevas oportunidades de mercado, libera tiempo y reduce costes. El Banco Mundial ya está probando sistemas de riego basados en IoT en Vietnam e India. Muchas de las tecnologías descritas también se utilizan ampliamente en América del Norte, el Reino Unido y algunas regiones de América del Sur. Según los datos de 2018, en Australia, el 83% de los agricultores de cereales utilizaron tecnología de navegación GPS en el campo. En los Estados Unidos, por ejemplo, algunas granjas comenzaron a cambiar a la automatización debido a la falta de mano de obra y migrantes. Resultó que era más fácil para las granjas reemplazar a los trabajadores con robots que contratar a ciudadanos estadounidenses. Sin embargo, pronto las granjas verticales alternativas que cultivan verduras y plantas de hojas en espacios cerrados y contenedores pueden comenzar a reemplazar a las tradicionales. Estos sistemas consumen mucha menos agua y no necesitan pesticidas, mientras que en términos de rendimiento son varias veces más altos que los invernaderos ordinarios. Al mismo tiempo, los expertos dan pronósticos completamente diferentes: creen que las granjas verticales no podrán alimentar a los habitantes de las grandes ciudades. El problema es que no hay suficiente espacio para cultivar granos en granjas verticales, que es el componente principal de la dieta de la mayoría de las personas.

La agricultura digital tiene el potencial de hacer que la agricultura sea más productiva, más consistente y de utilizar el tiempo y los recursos de manera más eficiente. Esto trae ventajas críticas para los agricultores y beneficios sociales más amplios en todo el mundo. Sin embargo, el enfoque es todavía muy nuevo, los costos son altos y los detalles de los beneficios a largo plazo rara vez están disponibles. Eso significa que asegurar su adopción generalizada requerirá colaboración y consenso en toda la cadena de valor sobre cómo superar estos desafíos.

El artículo original se puede leer en inglés en Medium / The Startup

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