Plásticos: desastre medioambiental en Sri Lanka


Sri Lanka se enfrenta a la tarea casi imposible de limpiar cientos de toneladas de gránulos de plástico (pellets) que han llegado a la costa cerca de la capital del país y ahora se están extendiendo con la corriente del océano, cubriendo kilómetros enteros de playa.


El pasado 20 de mayo, el buque portacontenedores X-Press Pearl registrado en Singapur, que viajaba de India a Singapur, se incendió después de que una fuga de un contenedor provocase una reacción química en la carga. Tras la explosión, la carga altamente tóxica se vertió al océano: 25 toneladas de ácido nítrico junto con otros productos químicos, lubricantes y plásticos, incluidos innumerables pellets (bolitas diminutas de plástico) de polietileno y polipropileno, del tipo que se utiliza como materia prima en la producción de diversos artículos de plástico, incluidos los envases de plástico de un solo uso.

 

Por si la crisis de la contaminación por plásticos no fuera ya suficientemente grave, ahora estos pequeños gránulos están devastando el mar, la costa y el medio de vida de las personas y las especies marinas que tienen su hogar en él.

Personal del ejército, marineros y personas voluntarias han estado trabajando incansablemente durante días para retirar las microesferas de plástico de las zonas afectadas. Debido a la magnitud del problema y a las restricciones impuestas por la Covid-19 en el país, se trata de una tarea casi imposible.

 

Esto es un desastre medioambiental. Los plásticos no son solo un problema para los océanos, también lo son para el clima, para nuestra salud y la salud del planeta.

 

¿Que es lo más frustrante de todo? Esta catástrofe se pudo prevenir. Para evitar que vuelva a suceder, tanto Greenpeace como los grupos ecologistas  y de defensa del Medio Ambiente demandan que:

  • Se exija a todos los buques de carga que proporcionen información sobre la carga en los contenedores dañados (por el momento, esta información solo se requiere para reclamar el dinero del seguro)
  • El plástico se clasifique como material peligroso para el medioambiente y se asignen los códigos IMFG adecuados.
  • Todos los buques de carga deberían utilizar sistemas de ubicación obligatorios para los contenedores que transporten mercancías peligrosas. Se deberían utilizar menos contenedores por barco si no se garantiza la seguridad del transporte.
  • Se exija a todos los buques de carga que informen a las autoridades (y al público) sobre los contenedores de carga perdidos o dañados.

Y lo más importante: las empresas de bienes de consumo deben dejar de trabajar codo con codo con la industria de los combustibles fósiles para evitar mantener a flote la producción de plásticos de un solo uso y tienen que invertir en soluciones sostenibles como la reutilización, el rellenado y el retorno de envases.

 

Este desastre es solo una consecuencia más de la crisis que las grandes compañías contaminantes han ayudado a crear.

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